La ambiciosa adquisición por parte de Intel del fabricante israelí de chips Tower Semiconductor por 5.400 millones de dólares se ha detenido sorprendentemente, lo que supone una complicación importante para ambas empresas. El cierre de la transacción se anunció el miércoles después de que las dos empresas no pudieran obtener la aprobación regulatoria a tiempo, lo que provocó volatilidad en los mercados financieros.

 

Un acuerdo fallido

 

Intel decidió comprar Tower Semiconductor el año pasado, con la esperanza de utilizar la experiencia de la empresa israelí para fortalecer aún más su posición en la industria de chips. Sin embargo, a medida que continúan las tensiones entre Estados Unidos y China por cuestiones comerciales, de propiedad intelectual y geopolíticas, la aprobación regulatoria de transacciones transfronterizas se ha vuelto cada vez más difícil.

 

Consecuencias

 

Las acciones de Tower Semiconductor cayeron aproximadamente un 9% en los mercados bursátiles de EE. UU. y Tel Aviv después de que se anunció el acuerdo.* Poner fin al acuerdo tiene un costo para Intel, ya que tendrá que pagar una tarifa de terminación de 353 millones de dólares a Tower Semiconductor.

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Evolución de las acciones de Tower Semiconductor Ltd. en 5 años. Fuente: tradingview.com

 

Incertidumbres regulatorias

 

Aunque no se han publicado detalles exactos sobre los obstáculos regulatorios, se especula ampliamente que la falta de aprobación de los reguladores chinos jugó un papel clave en el fracaso de la adquisición. Este escenario se hace eco de casos similares del pasado reciente, como el intento fallido de DuPont de adquirir Rogers Corp debido a retrasos regulatorios provenientes de China.

 

Implicaciones geopolíticas

 

La adquisición fallida pone de relieve el nexo entre la geopolítica y los asuntos corporativos, particularmente en el sector tecnológico. La tensión entre EE.UU. y China ha ido más allá de las disputas diplomáticas y comerciales y se extiende al ámbito de las fusiones y adquisiciones. A medida que las naciones protegen sus avances tecnológicos e industrias estratégicas, la aprobación regulatoria se convierte en una herramienta importante para dar forma al panorama competitivo global.

 

La estrategia de Intel en el futuro

 

El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, ha estado trabajando activamente para obtener la aprobación regulatoria china para la transacción Tower Semiconductor. Sin embargo, a pesar de este revés, Intel continúa centrándose en su negocio de fundición, donde fabrica chips para otras empresas. La reciente inversión de 25 mil millones de dólares de la compañía en una nueva fábrica en Israel subraya aún más su compromiso con la innovación tecnológica y la expansión global.

 

Reacción del mercado

 

Los inversores ya estaban anticipando el fracaso del acuerdo, lo que se reflejó en el precio de las acciones de Tower Semiconductor cotizando con un descuento significativo respecto al precio del acuerdo propuesto. Los resultados financieros de Intel también experimentaron cambios, ya que su división de fundición registró un crecimiento significativo de las ventas gracias a técnicas avanzadas de empaquetado.

 

Conclusión

 

El colapso del acuerdo Intel-Tower Semiconductor por obstáculos regulatorios pone de relieve la compleja interacción entre la geopolítica global y las estrategias corporativas. A medida que las empresas de tecnología continúan expandiéndose internacionalmente, obtener aprobaciones regulatorias se ha convertido en un desafío complejo influenciado por una serie de factores políticos y económicos. Este evento es un claro recordatorio de que incluso en el mundo empresarial, el entorno geopolítico puede tener implicaciones de gran alcance para las transacciones y operaciones.

 

* Los resultados pasados ​​no son garantía de resultados futuros.